En esta edición de tendencias, mencionaremos como el creciente uso de la inteligencia artificial en el área de la salud puede ayudarnos a encontrar soluciones a problemas nunca antes imaginados, y de esta forma ayudar a millones de personas.
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El tema de la Inteligencia Artificial (IA) es un tema recurrente en Información de mercados, principalmente por el potencial y utilidad que esta puede tener, y que, si no se maneja de una manera cuidadosa, puede generar problemas a los cuales nos tendremos que enfrentar a futuro.
La mayoría de las últimas ediciones menciona los potenciales “peligros” que pueden acarrear estas nuevas tecnologías, entendiendo así como tantos expertos temen con fundamento estos avances y le señalan al público de estos en sus estudios, columnas de opinión, presentaciones, charlas, etc.
Estas formas de verlo siempre son del lado pesimista, comprendiendo que el control de estas es sumamente difícil de tener, pero también hay que ver los avances que se pueden conseguir en otras áreas. Una de estas, que es de suma importancia para todos nosotros, es en el sector de la salud.
La IA está cambiando el cuidado de la salud y la práctica médica en el mundo. Se estima que las inversiones en IA a nivel global, solo en este sector, se acercarán a los USD 36 mil millones para 2025, lo que sería un crecimiento del 50% con respecto a 2018. En combinación con la telemedicina, la IA puede desempeñar un papel importante en la mejora y ampliación del acceso de la población al sistema de salud pública.
Uno de los principales problemas a nivel global es la falta de acceso a la atención médica. El Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaron un informe en 2017 en el cual afirman que el 50% de la población mundial no tiene acceso a los servicios de salud, adicionalmente crece el envejecimiento de la población y aumentan las enfermedades crónicas. La población de América Latina y el Caribe (ALC) está envejeciendo a un ritmo acelerado. Según estimaciones de las Naciones Unidas, se proyecta que la población mayor de 60 años en la región pase de un nivel actual del 11% al 25% en un lapso de 35 años.
Hoy, algunos tumores, la insuficiencia cardíaca, la diabetes y hasta las reacciones adversas a ciertos fármacos pueden ser diagnosticadas con mayor anticipación gracias a la inteligencia artificial.
La pandemia por COVID-19 demostró en los últimos años lo valiosos y limitados que son los recursos en el sector sanitario y la importancia de tratar a todas las personas que necesitan atención médica, en el momento preciso y urgente que la necesitan. Para aliviar estas limitaciones, los nuevos enfoques en IA se están posicionando como una herramienta clave para brindar soluciones médicas a una población en crecimiento y cada vez más longeva.
Un ejemplo de estos enfoques son las aplicaciones de automatización de procesos robóticos (RPA), dirigidas con Inteligencia Artificial para detectar los síntomas de forma más rápida y anticipar enfermedades, como la detección precoz del melanoma usando técnicas del programa Computer Vision, o la detección precoz del cáncer de mama usando sensores de temperatura sin contacto ni radiación
Según un estudio publicado por la revista Nature, evidenció que al comparar la eficacia de técnicos ecocardiografistas versus un programa de IA, para evaluar la función de bombeo del corazón, la computadora fue más precisa que el ser humano a la hora de generar un diagnóstico. Lo mismo sucedió en estudios hechos en el campo de la Resonancia Cardíaca y los estudios de Medicina Nuclear para detectar enfermedades de las arterias coronarias. En ambos casos, la IA arribó a un diagnóstico similar o mejoró aún la performance de un médico especialista.
Otro ejemplo local se dio a conocer a fin de abril último, cuando el Municipio de San Isidro incorporó a su sistema de salud la inteligencia artificial en el área de Diagnóstico por Imágenes del Hospital Central. A través de esta nueva herramienta se logrará mayor precisión y rapidez para detectar enfermedades en forma precoz y decidir el mejor tratamiento. Juan Viaggio, secretario de Salud Pública de San Isidro, explicó: “Reduce un 70% el error en diagnóstico y es de gran ayuda para el plantel médico. Además de ahorrar un 30 % del tiempo para hacer el diagnóstico en los casos más urgentes, sobre todo en el área de emergencias”.
Los resultados de todos estos estudios nos invitan a reflexionar claramente sobre los alcances en los que puede ayudar estas nuevas tecnologías a las personas, reduciendo el tiempo de esperas, detectando más eficientemente enfermedades y, en el mejor de los casos, disminuyendo el costo de tratamientos que antiguamente costaban «un ojo de la cara».
Como se ha mencionado, la inteligencia artificial es una gran ayuda para los avances tecnológicos tanto en la medicina como en nuestro diario vivir. Sin embargo, hay que tener en cuenta que su función no reemplaza a las personas. Esto se debe a que en áreas más especializadas en el tratamiento directo de las personas puede ser un factor relevante que no sabrían enfrentar las máquinas. En esto nos relacionamos en específico al sector más psicológico de los pacientes.
Sin duda, la inteligencia artificial está avanzando a pasos agigantados y su aplicación en la medicina trae muchos beneficios, pero también debemos considerar sus riesgos y ser responsables con su uso.
Para finalizar, considero que el entendimiento de estas tecnologías debe ser como un aliado clave para los médicos, pero no como alternativa. Principalmente, ya que la relación médico-paciente seguirá siendo importante mientras haya personas en busca de atención médica humana y compasiva, porque las habilidades interpersonales solamente puede desarrollarlas un ser humano entrenado.