Utilizar el comercio electrónico permite competir con compañías más grandes y disminuir los costos de ventas, pero también implica varias dificultades. Acá, los pros y contras de este sistema.
El comercio electrónico –o «e-commerce»– es una herramienta comercial cada vez más común, que en Chile está creciendo entre 40% y 50% al año. Este auge es, sin duda, una gran oportunidad para las pequeñas y medianas empresas, puesto que este sistema les da la posibilidad de competir en igualdad de condiciones con empresas de mayor tamaño.
«El e-commerce es la evolución del comercio tradicional hacia una nueva forma o dimensión de hacer negocios entre empresas y personas, utilizando para ello cualquier dispositivo o medio tecnológico. Cada vez adquiere mayor relevancia por la gran cobertura de la red, junto a la creciente utilización y accesibilidad de computadores personales y aparatos móviles, como por ejemplo, notebooks, teléfonos celulares, smartphones, tablets, etc», comenta Rodrigo Contreras, gerente general de Senegocia.com.
Lorena Baus, subdirectora de la Escuela de Negocios de AIEP y Rodrigo Contreras, enumeran acá algunos de los beneficios que se generan gracias al comercio online:
Potencia y fortalece nuevos canales de ventas, donde cada empresa puede publicitar y promocionar sus productos y servicios. Además, amplía las oportunidades de negocios al crear nuevas relaciones comerciales y eliminar las barreras de entrada y límites establecidos en el mercado tradicional, consiguiendo un efecto democratizador en los acuerdos comerciales.
Es un canal relativamente económico en relación a la penetración que tiene y a los costos asociados a su creación y mantención.
Genera un mercado más competitivo, ya que tener una gran comunidad de compradores y proveedores en una misma plataforma electrónica permite que lo transado sea bajo unas condiciones competitivas en donde lo que manda es la calidad, precio y servicio post-venta. Las empresas pueden ser mucho más flexibles, atender de manera más eficiente las necesidades de sus compradores, aumentar la calidad de servicio, estar en permanente contacto y fidelizar a sus clientes.
Además, es un canal que le permite a la empresa estar disponible las 24 horas del día y donde las personas acceden de manera fácil, rápida y segura. Se puede acceder a un sinfín de productos y servicios independientemente de dónde se ubique el vendedor, porque no existen límites geográficos.
Mantiene el control y la trazabilidad de las transacciones realizadas, proporcionando información relevante y transparente para la toma de decisiones dentro de la organización.
También hay desventajas
Sin embargo, los expertos son claros en hablar sobre las dificultades que las pymes podrían experimentar con este sistema. Uno de ellos tiene relación con la calidad de servicio y la operación logística. «La escasez de recursos humanos y financieros, la falta de personal experimentado y la dificultad para diseñar e implementar una estrategia de distribución exitosa en el exterior pueden ser problemáticos», explica Contreras.
Otra dificultad la capacidad de respuesta ante una demanda que quizás la pyme no ha podido dimensionar. Si bien este no no se relaciona únicamente con este canal, se ve tremendamente potenciada, tal cual como ocurrió con la primera versión del Cyber Monday en Chile el año 2011, sostiene Baus.
En relación con la operación que implica disponer de un canal electrónico, la profesional dice que muchas veces las dificultades surgen a partir del sistema de cobro, el que hoy en nuestro país representa un costo importante basado en comisiones por cada venta, sobre todo para las empresas más pequeñas o con menos recursos.
«Debemos tener en cuenta que la proporción de personas que tienen tarjeta de crédito es sustantivamente menor que aquellas que tienen acceso a internet, transformándose el sistema de pago en una barrera que limita la explotación de este canal», indica.
Por otro lado existen dificultades o barreras asociadas a las diferencias que existen entre las regulaciones, exigencias, certificaciones y otros relacionados a actividades comerciales entre los distintos países. Por ejemplo si se quiere vender algún tipo de producto alimenticio al extranjero vía e-commerce, se debe cumplir con una serie de requisitos que permitan el ingreso de ese envío al país de destino.
Fuente: Emol