Según la plataforma de compras públicas de nuestro país, se han ahorrado más de $188 millones el 2017. Es una suma considerable tomando en cuenta que el Estado está comprando constantemente, sin embargo ¿qué pasa con el pequeño negocio? ¿Qué pasa con la «señora Juanita»?
El nuevo modelo de Licitaciones de Convenio Marco, herramienta que fue creada y utilizada por el Gobierno Chileno desde el año 2003, con grandes logros y premios a nivel internacional donde existían los espacios inclusivos para que la señora Juanita, pudiendo realizar sus ventas al mundo público, además de poder desarrollarse y crecer gracias a esta modalidad, pareciera que hoy ya no existe.
Desde hace un par de meses a través de las nuevas licitaciones bajo el modelo de convenio marco, pareciera ser que el sesjo en la busqueda del mejor precio ha tomado un cambio brusco, donde sin decirlo el Estado deja de tener una mirada que busca desarrollar el crecimiento de las pequeñas empresas. Más bien apunta a un rol de fijador de precios e incluso que van más allá, estableciendo márgenes de comercialización no a nivel nacional sino a nivel regional, segmentando los mercados.
Desde mi opinión, basado en la experiencias, este nuevo modelo de convenio marco persigue dos objetivos: Primero filtrar a los proveedores que efectivamente son expertos en comercializar en la industria que se licita, con el único inconveniente que si se les pasa la mano en la solicitud de requerimientos, dejan fuera a los emprendedores y por ende es un barrera de entrada y el modelo se cae porque deja de ser inclusivo, sobre todo cuando los años de experiencia en el rubro es un elemento diferenciador para calificar en, por ejemplo, el nuevo Convenio de Alimentos.
Segundo agilizar la compra pública bajo las 10 UTM. Hemos visto que las bases de los nuevos convenios marco, sancionan al proveedor si al recibir una orden de compra bajo este monto (10 UTM) éste la acepta, lo obligan a tener sus productos en las dos modalidades: Convenio Marco y Microcompra, por ende se habre un mundo de dudas respecto si el objetivo que se persigue esta en línea con lo que el Estado quiere conseguir para realmente desarrollar a la Micro-empresa, porque ellos no tienen una plataforma transaccional para poder participar de las tres cotizaciones que este nuevo modelo requiere, menos la capacidad operativa para mantener sus productos con fotografias y todos los atributos que requiere mostrar para poder realmente ser comparados con otros. Sin embargo las grandes empresas si tienen los recursos para participar de este nuevo mercado.
Por ejemplo durante la semana una gran empresa de tecnología observó como un buen negocio arrendar sus plataformas transaccionales con costo adicional para el pequeño empresario. La Microcompra requiere los mejores precios y este mercado necesita de una logística que el prequeño empresario no tiene, por lo que cabe preguntar dónde queda la señora Juanita que no tiene tienda transaccional, que vende en su propia casa y el acceso a internet es más bien limitado.
En mi opinión la compra pública basada solo en el precio, la experiencia y el control del margen de utilidad, no se hace cargo del desarrollo económico, sino más bien dejará en el corto plazo solo a las grandes empresas que controlen este tipo de adquisiciones, a través de los Mercados Electrónicos que se supone son dinámicos y avanzan a velocidades inesperadas. Las empresas depredarán al pequeño, solo por dar en el gusto a personas que piensan que el Estado debe comprar lo más barato y no una combinación de variables (tamaño de empresa, flete, plazo de entrega, capacidad de producción entre otras), donde el precio es solo uno de ellos.